¿Has completado tus estudios universitarios y te preparas para enfrentarte por primera vez a un grupo de estudiantes y a los profesores de la institución, sintiendo cierto temor? ¿Llevas años ejerciendo como docente y sientes que emocionalmente te encuentras abrumado por la dinámica del aula y del centro educativo? ¿El tener que interactuar con las familias de los alumnos te genera ansiedad y malestar? ¡Sin lugar a dudas, este curso está diseñado especialmente para ti!
¿Qué aprenderás en este curso?
La relación entre emoción, cognición y conducta es fundamental para comprender el desempeño profesional del docente. Tomar conciencia de esta relación nos permite entender cómo nuestras emociones influyen en nuestra forma de pensar y actuar en el ámbito laboral.
Es importante desarrollar habilidades para reconocer nuestras propias emociones frente a diferentes situaciones que enfrentamos como docentes. Esto nos permite tener un mayor autoconocimiento y control emocional, lo cual es fundamental para mantener un equilibrio emocional en el trabajo.
Además, es necesario conocer y poner en práctica estrategias de gestión de las emociones. Estas e
strategias nos ayudan a manejar de manera adecuada nuestras emociones, evitando que estas afecten negativamente nuestra tarea educativa. Al aprender a gestionar nuestras emociones, podemos mantener un ambiente de trabajo positivo y propicio para el aprendizaje.
Asimismo, es fundamental desarrollar una competencia socio-emocional básica pero suficiente. Esta competencia nos permite establecer y mantener relaciones positivas con nuestros compañeros, el alumnado y sus familias. Al tener habilidades sociales y emocionales desarrolladas, podemos fomentar un clima de confianza y respeto en el entorno educativo.
En resumen, tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y conducta, desarrollar habilidades para reconocer nuestras emociones, poner en práctica estrategias de gestión emocional y desarrollar una competencia socio-emocional básica pero suficiente, son aspectos fundamentales para el desempeño profesional del docente. Estas habilidades nos permiten mantener un equilibrio emocional, gestionar adecuadamente nuestras emociones y establecer relaciones positivas en el ámbito educativo.
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