Información sobre el curso

A partir del siglo XX, la mediación se hace presente en los museos como un vínculo esencial entre las obras y la sociedad. Aunque inicialmente sigue los modelos académicos con una estructura jerárquica, rápidamente se transforma en una herramienta que permite reflexionar sobre el contenido del museo y la institución misma desde una perspectiva crítica y comprometida.

¿Qué aprenderás en este curso?

La historia de la mediación en los museos ha sido un proceso evolutivo que ha ido adaptándose a las necesidades y demandas de los visitantes. Desde sus inicios, la mediación ha buscado facilitar la comprensión y el disfrute de las obras de arte y los objetos expuestos en los museos. En cuanto a las estrategias de mediación en los museos, estas han ido variando a lo largo del tiempo. En un principio, la mediación se centraba en la figura del guía o docente, quien explicaba de manera oral las características y el contexto de las obras. Sin embargo, con el paso del tiempo, se han ido incorporando nuevas estrategias más interactivas y participativas. En la actualidad, la mediación en los museos se basa en la creación de experiencias enriquecedoras para el visitante. Se utilizan diferentes recursos como talleres, actividades prácticas, juegos y visitas guiadas temáticas. Estas estrategias buscan fomentar la participación activa del público, permitiéndoles explorar y descubrir por sí mismos los contenidos de las exposiciones. En relación al cuerpo como instrumento en la mediación, se reconoce que el cuerpo es una herramienta fundamental p ara la interacción y la comunicación. Los mediadores utilizan gestos, expresiones faciales y movimientos corporales para transmitir información y establecer una conexión con el público. Además, se fomenta la participación física del visitante a través de actividades que involucran el movimiento y la experimentación sensorial. Por otro lado, el desarrollo tecnológico ha tenido un impacto significativo en las estrategias de interacción entre el museo y el público. La incorporación de dispositivos digitales, como pantallas interactivas, aplicaciones móviles y realidad virtual, ha permitido ampliar las posibilidades de mediación. Estas herramientas tecnológicas ofrecen al visitante una experiencia más inmersiva y personalizada, facilitando la comprensión y el acceso a la información. En conclusión, la historia de la mediación en los museos ha evolucionado para adaptarse a las necesidades del público. Las estrategias de mediación se han vuelto más participativas y centradas en la experiencia del visitante. El cuerpo se ha convertido en un instrumento fundamental en la mediación, permitiendo una comunicación más efectiva. Además, el desarrollo tecnológico ha ampliado las posibilidades de interacción y ha enriquecido la experiencia del público en los museos.