
Hace poco os hablábamos de los cambios que se van a producir en los contratos con los becarios mediante la creación de un nuevo estatuto para ellos. Y ahora toca aplicar una reforma a todos los contratos en prácticas que se firmarán durante el próximo 2026.
Por lo tanto, si buscas una forma de iniciar tu vida profesional con garantías y aprendizaje real, lo que viene a continuación te interesa.
¿Qué es exactamente un contrato de formación?
Un contrato formativo es una herramienta legal diseñada para unir formación y experiencia laboral de forma simultánea, permitiéndote aprender mientras desarrollas habilidades prácticas dentro de una empresa real. En resumen es una modalidad contractual con derechos, salario y acompañamiento.
Existen dos tipos de contrato formativo, cada uno adaptado a una etapa diferente:
- Contrato en alternancia, pensado para quienes aún están estudiando.
- Contrato para la práctica profesional, ideal si ya terminaste tus estudios y buscas abrirte camino en tu sector.
Ambas opciones comparten un objetivo: que nadie tenga que elegir entre estudiar o trabajar. Aquí puedes hacer ambas cosas al mismo tiempo, sin precariedad ni improvisación.
Contrato en alternancia: formación y empleo al mismo ritmo
Este contrato está diseñado para quienes están cursando estudios oficiales: formación profesional, universidad o cursos del SEPE. La idea es sencilla: aplicas lo que aprendes en clase directamente en un entorno laboral, y viceversa.
Características principales:
- Duración entre 3 meses y 2 años.
- Jornada adaptada para priorizar el aprendizaje (65% de trabajo efectivo el primer año, 85% el segundo).
- Salario mínimo del 60% o 75% del convenio, o del salario mínimo proporcional.
- No hay periodo de prueba.
- No se permiten horas extra ni turnos nocturnos, salvo casos excepcionales.
Además, necesitas un plan de formación individual y un tutor en la empresa que te acompañe en todo el proceso.
Contrato para la práctica profesional: un primer paso con respaldo legal
Si ya tienes un título oficial (universidad, FP, máster o certificado profesional), esta modalidad te permite demostrar lo que sabes en un entorno real, cobrando un salario acorde y con la posibilidad de ampliar tu experiencia.
Requisitos y condiciones:
- Haber terminado los estudios en los últimos 3 años (5 si tienes discapacidad).
- Duración entre 6 y 12 meses.
- Periodo de prueba de hasta 1 mes, según convenio.
- Salario igual o superior al del contrato en alternancia.
- Al finalizar, recibirás un certificado de experiencia adquirida, útil para futuros empleos.
Es una forma segura y legal de dar el salto del aula al mercado laboral sin caer en prácticas no remuneradas o contratos ambiguos.
¿Qué apoyo tienes durante el contrato?
En cualquiera de las dos modalidades contarás con una persona tutora dentro de la empresa. Este rol no es simbólico: su función es acompañarte, ayudarte a mejorar y evaluar tu avance a lo largo del contrato.
- Cada tutor puede encargarse de hasta 5 alumnos (3 en empresas pequeñas).
- Se diseña un plan formativo claro, con objetivos, contenidos y tutorías periódicas.
- Si enfrentas situaciones personales especiales (maternidad, violencia de género, embarazo de riesgo), el contrato se suspende sin consecuencias negativas.
Es un entorno pensado para aprender con seguridad, guía y respeto por tus tiempos personales.
¿Cuántas personas pueden estar contratadas así en una empresa?
Este nuevo marco incluye límites para evitar abusos:
- Hasta 10 empleados: máximo 3 contratos formativos.
- De 11 a 30: hasta 7.
- De 31 a 50: hasta 10.
- Más de 50: hasta un 20% de la plantilla, con tope de 30 personas.
Además, las personas con discapacidad o con capacidad intelectual límite no cuentan dentro de ese límite, lo que favorece su inclusión laboral de manera real y efectiva.
Empieza hoy a construir tu futuro profesional
Este nuevo tipo de contrato reformulado es la posibilidad de aprender haciendo, de trabajar sin renunciar a tu formación y de avanzar sin quedarte atrapado en el limbo del “sin experiencia“.
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Graduada en Medicina por la Universidad de Alcalá con especialidad en la gestión de recursos hospitalarios y humanos en centros sanitarios.
Su labor se centra en la supervisión y auditoria de centros médicos públicos y privados.








